domingo, 3 de octubre de 2021

VISITA A GRANADILLA

Durante la visita de granadilla he tomado diversos apuntes del lugar aparte de todas las fotos realizadas. Mi interés ha sido apuntar percepciones puntuales del entorno en lo que he podido, y realizar anotaciones rápidas como enuncio a continuación:


Al inicio de la llegada me percaté que, a diferencia de lo que había pensado, en el lado este del camino podía percibirse el agua del embalse, no como había supuesto antes de ir. Paseando un poco la zona se puede comprobar cómo los árboles están dispersos a una distancia similar unos de otros, aproximadamente unos 8 metros, y sus copas a unos 6 del suelo. El lado izquierdo del camino es un buen lugar de aparcamiento, con vistas mejores de las esperadas y con árboles dispersos que permite no talarlos necesariamente. 


Al acceder al pueblo se puede diferenciar un aspecto material básico. Mientras que el arco de acceso de la puerta está construida en sillares de granito, lo que conforma la muralla está hecho a base de mampostería de variedad de piedras, sobre todo pizarras de la zona. La mezcla de piedras, y sobre todo la forma de colocarlas adquiere un aspecto dejado, pero muy orgánico de la zona, a mi parecer una arquitectura humilde y despreocupada de opiniones externas mientras cumpla su función, un concepto que se repite en los edificios internos de la villa. 


Dentro de la parcela del primer ejercicio existen unos restos de muros que llegan a diferente altura. Lo relevante que me pareció fue que existían más ruinas de las que me esperaba, y sobre todo, que a final de cuentas nuestra parcela sólo tiene una única apertura clara, que es hacia la calle, ya que la parcela lateral tiene ruinas que son bastante altas y con mucha vegetación. Dentro de la muralla sigo haciendo alusión a la arquitectura parlante y humilde de la villa, donde quedan restos de tejados anteriores.





Mirando los restos de la parcela contigua, me llama la atención la capacidad que tiene la naturaleza de agotar las estructuras que crea el hombre, y sin embargo, seguir en pie. Una vieja viga a partir de un tronco, más que combado, sigue cumpliendo su función, pero a diferencia de su inicio, lo hace siguiendo las leyes de la naturaleza. Como los románticos decimonónicos, las ruinas en este pueblo adquieren una belleza peculiar, a pesar de que al mismo tiempo muestre soledad y pobreza.


Paseando por el lado oeste del camino nos encontramos con un terreno escarpado, muy rocoso y que se hace difícil caminar. El suelo está lleno de restos de palos, vegetación y musgo, hasta llegar a un camino de madera que sigue paralelo a la costa del pantano. Esta zona, a diferencia de la este, es mucho más frondosa, diversa, y a nivel lumínico, más oscura y húmeda. Supongo que su orientación y orografía hacen que este lugar sea tan especial. Entre los árboles hay ruinas, muchas más de las que pensaba, que parecen formar parte del entorno. Mi impresión es de una antigua zona de arrabales fuera del pueblo. Al estar ahí tuve claro que no iba a fastidiar esa zona con un aparcamiento.




Sin embargo, aunque fue una visión previa muy frondosa, poco después, siguiendo ese camino, das cara con un impresionante escenario de barrancos de piedra. Esta zona me fascinó, ya que no me esperaba un escenario así. Es un lugar violento, que puede parecer que una ola del pantano vaya a chocar violentamente contra las rocas. Siguiendo el recorrido puedes observar las diferentes capas de formación de la corteza, ya que por movimientos pasados esas diaclasas han salido a la vista. Me pareció extremadamente curioso cómo todos los estratos eran de pizarra, excepto uno de ellos, que de un grosor de unos 10 cm hacía una línea blanca de cuarzo hacia el pantano; parecía que alguien lo había pintado allí.  



Subiendo al castillo se puede observar las diferentes marcas de los canteros en los sillares. Interesante pensar que hay multitud de diseños diferentes para marcar una piedra. Son formas que no siguen ninguna regla generalmente: cruces, giros sin sentido, quiebros... una muestra de desinterés en el diseño de todos los elementos de la arquitectura, hasta los pequeños detalles. Sin embargo, a diferencia de todo lo visto, lo más detallista que he visto en el pueblo ha sido todos y cada uno de los carteles que señalaban las calles. Estaban hechos de azulejo (único lugar utilizado este material en todo el pueblo) y pintado por encima usando temas florales y pegados con mortero a la tosca piedra. Me pareció interesante el contraste creado que se repite por todo el pueblo.




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